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Arboles muertos y mucha tinta

Conociendo el Irán de a pie

Conociendo el Irán de a pie LA CUEVA DE ALI BABA
Autora: Ana Briongos
Colección: Las Mil y Una Noches (vivencias)
Edita: Lumen, Barcelona, 2002

“Solo conociendo puede uno amar más allá de los tópicos, y para conocer hay que saber escuchar” dice Ana Briongosen un momento de este libro y uno no puede evitar coincidir con ella, sobre todo viviendo en un mundo donde, paradójicamente, la posibilidad de acceso a la información no se ha convertido (sino todo lo contrario muchas veces) en una comprensión mayor del otro. Esto es especialmente notorio cuando se habla del mundo islámico, donde la mayoría de los relatos de las noticias nos terminan dando la imagen de un montón de gente pobre y enojada con Occidente, que solo está esperando el momento de hacerse volar por el aire en nombre de Allah.
Tomemos como ejemplo a Irán. La imagen que tenemos de ese país es de unos tipos fanáticos que andan enfrentándose a Estados Unidos, que decretan penas de muerte de por vida a escritores impíos y que reprimen cualquier intento de desvío de las normas coránicas. Los más enterados tal vez puedan sumar que son de una rama del Islam llamada Chiísmo y que hay una pugna entre sectores moderados y conservadores por el poder. (quienes quieran un análisis entretenido, algo cínico y un poco desfasado en el tiempo, lean aquí).
Por supuesto hay muchas mas cosas. Sobre todo, gente: Gente común y corriente que vive vidas lo mas normales posibles dentro de ese mundo. Y Ana Briongos fue en abril del 2001 a vivir un tiempo allí tratando de retratar para nosotros esa experiencia. Lo que surge es un país complejo de gente que no se toma tan a pecho el Corán, en gran medida hartos de su sistema político (en un momento compara la situación con la España de los últimos tiempos del franquismo, con una efervescencia a flor de piel que solo es posible reprimir pero no mucho mas… creo que cualquiera que haya vivido la transición democrática en América Latina también puede entender la sensación) y que son tan buenos y / o tan malos como nosotros. O sea, el Irán de la gente de a pie, de esa que no decide sino que sufre las decisiones.
El relato de viajero era una manera en el siglo diecinueve de conocer al otro. Paradójicamente, en este mundo que se pretende global, se necesiten mas relatos de viajeros (no de turista con computadora y fecha de cierre en un medio) para que al fin entendamos qué nos encontraremos en medio de ese mundo. Gracias a Dios por gente como Ana Briones. O a Allah, que tambien es decir Dios…

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